Machos de ciervo (Cervus elaphus) enfrentados durante la berrea (septiembre 2011)
Hay diferentes grandes mamíferos en las montañas del norte ibérico que poseen un par de estructuras óseas en la cabeza, pero solo dos de ellos se denominan cérvidos; el corzo y el ciervo. La familia cervidae se diferencia de los demás ungulados por llevar un ciclo anual de renovación de cornamenta.
Los ciervos, que poseen unas cuernas mucho más grandes que las que llegan a tener los corzos; preparan sus armas para las peleas que se dan en el celo (septiembre-octubre normalmente). Después las mantienen hasta la primavera, momento en el que son desprendidas frotándolas contra los tallos leñosos, para ser sustituidas por un nuevo par (más grande que el anterior si todo va bien) naciendo cada una de ellas, rodeada de un epitelio llamado terciopelo. A su vez, esta piel antes de la berrea se quita para prepar sus mejoradas cuernas de nuevo para los enfrentamientos.
Lógicamente, no es época de mostrar fotos de luchas y escaramuzas, sino del estado actual de los ciervos de las montañas que quedan aparentemente desprotegidos o "desequilibrados" durante unos días.
Aparentemente, podríamos ver en la foto un ciervo seguido de una hembra; pero esto sería un tanto extraño y más aún en esta época. Ya que, si no es durante el celo, hembras y crías van por un lado y machos (solos, o en pequeños grupos) por otro. Si uno aumenta la foto y se fija bien, a un ciervo le falta una cuerna que acaba de tirar y al otro le faltan las dos que ya tiró hace algo más de tiempo.
En las siguientes imágenes se observan los mismo ciervos un rato después, ramoneando entre brezos. El primero (dos fotos) muestra un agujero en su lado izquierdo de la cabeza mientras se acicala y el segundo dos pequeños bultos negros donde comienzan a salir las cuernas. (ampliar para ver más detalle)
Mientras tanto, los corzos que tiraron sus pequeñas cuernas durante el invierno, hasta hace poco tenían su cornamenta cubiertas de terciopelo. Actualmente andan quitando el epitelio y las mantendrán a punto hasta el celo, que es en verano.
Los ciervos, que poseen unas cuernas mucho más grandes que las que llegan a tener los corzos; preparan sus armas para las peleas que se dan en el celo (septiembre-octubre normalmente). Después las mantienen hasta la primavera, momento en el que son desprendidas frotándolas contra los tallos leñosos, para ser sustituidas por un nuevo par (más grande que el anterior si todo va bien) naciendo cada una de ellas, rodeada de un epitelio llamado terciopelo. A su vez, esta piel antes de la berrea se quita para prepar sus mejoradas cuernas de nuevo para los enfrentamientos.
Lógicamente, no es época de mostrar fotos de luchas y escaramuzas, sino del estado actual de los ciervos de las montañas que quedan aparentemente desprotegidos o "desequilibrados" durante unos días.
Ciervos (Cervus elaphus) sin una y dos cuernas
Aparentemente, podríamos ver en la foto un ciervo seguido de una hembra; pero esto sería un tanto extraño y más aún en esta época. Ya que, si no es durante el celo, hembras y crías van por un lado y machos (solos, o en pequeños grupos) por otro. Si uno aumenta la foto y se fija bien, a un ciervo le falta una cuerna que acaba de tirar y al otro le faltan las dos que ya tiró hace algo más de tiempo.
En las siguientes imágenes se observan los mismo ciervos un rato después, ramoneando entre brezos. El primero (dos fotos) muestra un agujero en su lado izquierdo de la cabeza mientras se acicala y el segundo dos pequeños bultos negros donde comienzan a salir las cuernas. (ampliar para ver más detalle)
Ciervo (Cervus elaphus) sin una cuerna
Ciervo (Cervus elaphus) con una cuerna
Ciervo (Cervus elaphus) sin ambas cuernas
Corzos (Capreolus capreolus) encarados por desafío territorial con sus cuernas recubiertas de terciopelo ya desarrolladas
Corzo (Capreolus capreolus) con la cornamenta aterciopelada
Desgraciadamente estos indefensos herbívoros son premios de muchos cazadores y posteriormente, sus cabezas adornos de múltiples chimeneas. Para nosotros es más reconfortante descubrir una de esas cuernas, que tanto ha peleado por asegurar la descendencia de su portador, entre los brezos de un robledal; y pensar que este animal sigue dando saltos por las montañas y formando parte de nuestra preciada fauna, que ver un ejemplar abatido como trofeo.
Cuerna de ciervo (Cervus elaphus)
Como es el caso de la cuerna aquí mostrada. Podría ser de alguno de los ciervos que aparecen en las imágenes anteriores, ya que se situaba en el mismo lugar donde fueron observados estos ciervos. Pero no podría haber sido desprendida este año, esta "pequeña" expresión del paso del tiempo nos dice con sus puntas mordisqueadas y su estructura roída que formó parte de la berrea del 2010.
Sin embargo, el echo de encontrar una cuerna no asegura la supervivencia del animal que la llevaba. Fuera del radio de acción de las personas, el bosque tiene muchas trampas mortales que irán seleccionando a lo largo de los años los ejemplares mejor dotados. Enfermedades, depredadores como los lobos, o el crudo invierno son pruebas que deberán pasar satisfactoriamente para llegar a formar parte de los espectáculos del celo; la berrea del ciervo o la ladra del corzo.
A continuación mostramos un pequeño fragmento de ese ciervo que aún conservaba una de las dos cuernas escondido entre las escobas de la montaña palentina.
Ciervo común (Cervus elaphus) con una cuerna
Gracias por visitarnos de vez en cuando y por los comentarios y opiniones que aquí dejáis.
Un saludo!
Gran documento y muy buenas fotos que nos mostráis, a unos les gusta mostrar sus cabezas encima de la chimenea, a nosotros nos gusta verlos en fotos las vuestras y las de otros y imaginandonos que siguen saltando y luchando por mejorar su especie, vivitos y coleando, saludos.
ResponderEliminarEnhorabuena por las fotografías. Habéis conseguido mostrar todo lo que comentáis con excelentes fotografías.
ResponderEliminarUn saludo.
Que buenas fotos nos mostrais, en un reportaje muy intersante. Siempre con un gran nivel en vuestras entradas.
ResponderEliminarSaludos,
Lourdes y Jesús
Unos textos con unas fotos muy acordes, preciosa entrada y bien curada, enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo.
me ha enganchado la narración, las fotos nos muestran los ciervos no es su mejor momento, y los corzos con esas cuernas aterciopeladas, así es la naturaleza cambiante, enhorabuena por la entrada
ResponderEliminarsaluddddddd
Great photos…I felt like I was taking a walk right there with you!
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