Tras situarnos y localizar los lugares de los que nuestros oídos dicen que proceden los cantos, al poco, uno comienza a ver algún vuelo corto para cambiar de posadero y con un poco de suerte (si te mantienes pasando desapercibido) un pajarillo quedará a la vista.
La mayoría de ellos son tan movidos y pequeños, que fotografiarlos sin atraerlos de alguna manera resulta muy complicado. Nosotros hemos optado por pillarlos "in fraganti", en su estado natural, aunque el resultado será más pobre, conseguiremos así unas imágenes verdaderas.
Los carboneros son los primeros en aparecer tras adentrarnos lo suficiente en el bosque como para dejar atrás los gorriones, urracas, rabilargos y demás especies que encontramos con tranquilidad en los parques y núcleos urbanos.
Carbonero garrapinos (Parus ates)
Carbonero garrapinos (Parus ates)
El carbonero garrapinos no podía faltar dado su nombre, pero no es fácil toparse con él, ya que abundan más los carboneros comunes.
Carbonero común (Parus major)
Carbonero común (Parus major) cantando
Quizás estas fotos tengan mala luz, mal contraste y mal ángulo pero nos muestran a estos pequeñajos tal como son y como nos los encontramos en el pinar.
Otros habitantes de estas masas forestales son los mitos y verdecillos, destacados estos primeros por su pequeño tamaño y su agrupación en grandes bandadas y los verdecillos por su llamativo color amarillo.
Mito (Aegithalos caudatus)
Verdecillo (Serinus serinus)
Un curioso habitante que cada vez es más abundante por esta zona, es el alcaudón común. Se le reconoce fácilmente tanto por su físico (Plumaje rojo en la cabeza y un gran pico ganchudo) como por su hábito de volver con la presa al mismo posadero (En ramas secas de pino a media altura donde los hay o en espinos).
Alcaudón común (Lanius senator)
Alcaudón común (Lanius senator)
Alcaudón común (Lanius senator) comiendo
Alcaudón común (Lanius senator) en espino
Juvenil de alcaudón común (Lanius senator)
Este paseriforme tan peculiar utiliza los espinos como despensa clavando en los pinchos de estos sus presas. Además esto le sirve también para ayudarse a partirlas y despedazarlas. En estos entornos de espinas y pinchos puede coincidir con aves como el escribano soteño.
Escribano soteño (Emberiza cirlus)
Quizás una de las horas más críticas de canto de pajarillos es el atardecer, difícil momento para hacer fotos dentro del pinar, ya que su espesura impide la entrada de la luz prácticamente horizontal de un sol naranja y a punto de marchar. Por ello nos acercamos a las afueras del pinar donde hay una pequeña laguna que atrae algún que otro paseriforme, tanto por sus reservas de agua, como por la cantidad de mosquitos y bichos que sirven de alimento.
Herrerillo (Parus caeruleus)
Pero entonces ya es muy tarde y no entra ni un rayo de sol, solo una luz tenue que se irá perdiendo por completo.
Silueta de tarabilla común (Saxicola torcuatus)
Silueta de jilguero (Carduelis carduelis)
Con la silueta de uno de los mejores cantantes de los parajes de secano nos despedimos hasta la siguiente entrada.
Gracias por la visita, un saludo.
Hola,
ResponderEliminarMuy bonita entrada que nos muestra a los pequeños habitantes del pinar que tanto lo amenizan con sus cantos.
Nos encantan,
Saludos
Lourdes y Jesús