Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

viernes, 24 de febrero de 2012

Limícolas por la ría de San Vicente

Hace ya un par de meses, que dedicamos una entrada a las zancudas en una marisma cantábrica. En esta ocasión queremos mostrar a las pequeñas limícolas en otro lugar diferente al anterior, la ría de San Vicente de la Barquera. Aunque no es uno de los sitios preferidos o elegidos por los "pajareros", ya que existen otros estuarios con mayor diversidad de especies y con alguna que otra rareza (que suele ser el imán para la atracción del gentío), nosotros decidimos echar un vistazo en un lugar bastante solitario, consiguiendo huir de las grandes masas de gente. 
No es que tengamos nada en contra de que se reúnan personas a mirar por los telescopios en los sitios clave, es más, todo lo que sea difusión de naturaleza y concienciación ambiental nos parece genial. Lo que nos fastidia, son las consecuencias que suelen desencadenar las grandes masas humanas debido normalmente a falta de educación y sentido de la responsabilidad, de afortunadamente una minoría. Voces, gritos, basuras, llamadas por teléfono (indispensable su utilización mientras se mira a través del telescopio...), hacen que un día de campo no sea tan especial (por lo menos para nosotros).  No pretendemos dar una clase de ética, sino dejar clara cual es nuestra postura, ya que estamos hartos de encontrar "pequeños vertederos" en lugares dedicados a la divulgación ambiental, y si por ello tenemos que dejar de ver alguna rareza, pues que así sea.
No hace falta resaltar, que hay muchos países, sobretodo europeos, que nos llevan años luz en cuanto a respeto y sensibilización ambiental se refiere y que no tienen el privilegio de gozar de la enorme biodiversidad que presenta la península Ibérica. Por lo que, lo mínimo que podemos hacer es cuidar y respetar este gran tesoro natural.

Siguiendo con el tema, los mejores momentos para disfrutar de estos pequeños inquietos del lodo, son siempre que la marea este baja, quedando pequeños remansos de agua en los que obtienen fácilmente su alimento.


Andarrios chico (Actitis hypoleucos)


Andarrios chico (Actitis hypoleucos)


Las gaviotas reidoras son las aves más agresivas y territoriales del lugar. Cuando alguna especie se adentra en sus zonas de alimentación, no pararan de lanzar gritos de amenaza y lanzarse contra el invasor, hasta haber conseguido su expulsión.


Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) emitiendo su característico sonido.


El archibebe claro, es uno de los más perjudicados por el acoso de las reidoras. Siempre alerta, conoce de antemano que a estas alturas ya no se puede fiar de sus vecinas gaviotas.


Archibebe claro (Tringa nebularia)


Archibebe claro (Tringa nebularia)


Hay otros que pasan más desapercibidos. Manteniéndose más distante y jugando con su mimetismo a favor, el zarapito trinador recorre las orillas buscando pequeños crustáceos. Al igual que todas las aves que se alimentan en marismas, su característico pico está perfectamente adaptado a la búsqueda y captura de alimento en estos ambientes.


Zarapito trinador (Numenius phaeopus)


La cuchara común posee también un pico relativamente curioso con el que filtrará el agua que va dejando pasar, obteniendo de esta manera el preciado alimento. Se trata de un ave migradora que pasa los inviernos en el sur de Europa y los veranos en el norte. El macho presenta un plumaje muy colorido, mientras que la hembra es más discreta.


Macho y hembra de Cuchara común (Anas clypeata)


Macho y hembra de Cuchara común (Anas clypeata)


Por último, os mostramos una panorámica de todo el entorno de San Vicente. La ría no se ve porque estaba cubierta por un manto de niebla. Al fondo aparecen los Picos de Europa.


Panorámica del entorno de San Vicente de la Barquera


Esperamos que hayáis disfrutado, gracias por vuestros comentarios y por visitar nuestro blog .
Un saludo.

sábado, 4 de febrero de 2012

Amores de invierno en la Boca del Infierno

A finales de diciembre y principios de enero las rapaces más tempraneras comienzan a realizar las labores típicas del cortejo nupcial. Son días en los que el comportamiento de estas aves cambia por completo, la producción de sonidos envuelve el ambiente, las disputas entre los machos por conseguir aparearse con alguna hembra suelen ser frecuentes (sobretodo si los individuos viven en colonias) y las faenas en la construcción del nido o reparación no cesan. Durante este periodo, el gasto energético de estos protagonistas se incrementa notablemente debido a su constante quehacer diario.


Buitre leonado (Gyps fulvus)

Por todo ello, decidimos que era una estupenda ocasión para visitar una colonia de buitres muy especial, situada en un paraje conocido con el nombre de la boca del infierno, en la provincia de Guadalajara. La buitrera debe su singular localización a un pequeño cortado situado en la isla de un embalse.


Buitrera de la boca del infierno


El pequeño tamaño del cortado y la falta de abundancia en alimento por la zona, hace que la colonia cuente con tan solo 3 o 4 parejas. Aquí la competencia entre machos por las correspondientes hembras es prácticamente nula, ya que cada uno tiene prácticamente asignada su pareja. Los característicos sonidos que emiten las rapaces en otras grandes buitreras no tiene nada que ver con la tranquilidad con que se lo toman aquí. Por decirlo de alguna manera, el periodo nupcial es más pacífico y sereno de lo normal.


Pareja de buitres (Gyps fulvus)


De todas formas, hay actividades que en todos los lugares se desarrollan del mismo modo, haya 1 ó 50 parejas. La reconstrucción de los nidos es una faena bastante cotidiana durante este periodo. Mientras que algunos buitres van a recoger y cortar ramas de pinos o encinas por los alrededores, otros permanecen en la pequeña buitrera a la espera de que vuelva el compañero. Mientras se aburren, posan de forma peculiar.


Buitre leonado (Gyps fulvus)


Buitre leonado (Gyps fulvus)


Buitre leonado (Gyps fulvus)


Entretanto, los encargados de la recolecta de ramas hacen honor a su profesión y se dedican afanosamente a su tarea. Es impresionante el tamaño que pueden alcanzar algunas de las secciones leñosas que transportan. 
A continuación os mostramos un pequeño fragmento de un buitre implicado en su ocupación de leñador.


Buitre leonado (Gyps fulvus) recolectando ramas


El periodo  de cortejo, es precedido por la puesta de un único huevo por parte de la hembra que se encargará de incubarlo durante varias semanas. A principios de marzo comenzarán a salir los primeros pollos (uno por cada pareja) cubierto del característico plumón blanco. La baja descendencia que tienen los buitres se contrarresta con su gran longevidad de aproximadamente unos 25 años. Además los cuidados paternos especiales que recibirá el pequeño mientras no sea autosuficiente, le garantizarán una gran probabilidad de supervivencia.
Por nuestra parte esto es todo hasta el momento, muchas gracias por vuestras visitas y comentarios.
Un gran saludo a todos.