Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Huellas y rastros de mamíferos ibéricos

Cuando uno sale al campo para disfrutar del "bicherio", suele recordar las jornadas de pateo como gratificantes si se tuvo la ocasión de observar algo de vida, mientras en otras ocasiones, cuando la suerte no acompaña, uno vuelve a casa en blanco. Son estos momentos y especialmente en estas épocas del año en las que el conocimiento y seguimiento de especies animales se consigue gracias a las marcas dejadas por los animales en la nieve acumulada o en el barro. Complementándose restos de actividad en árboles y demás. Para ello es imprescindible conocer las diferentes formas que tienen estos seres de decirnos que han estado ahí.
La marca más conocida es la huella, para determinarla es preciso fijarse en la profundidad de las diferentes partes de esta sobre el suelo, su forma, la longitud, y la relación entre ellas si es que hay varias. Una de las mayores metas de cualquier naturalistas es el poder observar algún rastro del gran oso pardo cantábrico. La huella de este gran mamífero es de un tamaño considerable, unos 28cm, de forma característica y de fácil reconocimiento, es prácticamente imposible confundirla con la pisada de cualquier animal ibérico.


Huella de oso pardo cantábrico (Ursus arctos)


La huella del corzo es fácilmente reconocible y solo puede presentar confusión con pisadas de jabalíes. Para poder diferenciarlas basta con fijarse en el tamaño. En el caso de corzos alrededor de 4.5 cm y para jabalíes entre 6 y 7 cm. Las huellas que dejan estos últimos son más robusta y con los espolones más salientes.

 Huella de corzo (Capreolus capreolus)
 
Huella de tejón (Meles meles)


Si tuviésemos que elegir una superficie patrón a la hora de plasmar pisadas, sin duda, sería el barro la más idónea ya que consigue plasmar muchos más detalles que la nieve o la arena seca. Las huellas que dejan los zorros pueden confundirse con la de un perro del mismo tamaño, para diferenciarlas hay que fijarse en las almohadillas centrales, en el caso del zorro se situarán más adelante de modo que hay un espacio considerable entre los bordes posteriores de estas almohadillas y el anterior de la principal. En la siguiente imagen se muestra la característica marca que deja un zorro a su paso por una zona de barro. 

Huella de zorro (Vulpes vulpes)

Los dueños y señores de las crestas de la montaña cantábrica son los rebecos. Estos pasan la mayor parte del año entre peñas rocosas y solo cuando el alimento escasea, sobretodo en invierno, descienden a partes más bajas en busca de brotes tiernos. En estás situaciones será más sencillo dar con las pisadas del bóvido.


Huella de rebeco (Rupicapra rupicapra)

En la corteza de los árboles como pinos y robles se refleja la destreza de los ciervos.
El roce de la cuerna con el fin de prepararlas para lucirlas durante el celo, suele encontrarse en grandes y duros troncos como es el de este pino.


Escodadura de ciervo (Cervus elaphus) sobre un pino.


Una de las imágenes  más agradables es la de un rastro completo. Es además una manera de conocer al ser que lo ha dejado. De esta forma, vemos en la siguiente fotografía como se diferencia el paso firme del lobo con el deambulante de un perro.


Rastro de lobo(Canis lupus subsp. signatus)


Terminamos con esta estampa propia de fechas navideñas y aprovechamos para desearos unas felices fiestas y un próspero año nuevo.
Saludos


miércoles, 15 de diciembre de 2010

La garceta común

Hacía ya tiempo que teníamos ganas de plasmar mediante una serie de imágenes a la garceta común. La verdad es que es un ave que no suele ser bastante difícil de observar, basta con acercarse hasta alguna ría del norte peninsular y si hay un poco de suerte, estará por la orilla buscando algo para llevarse al pico. Desde hace unos años, un par de garcetas tenían por costumbre pasar la mayoría del tiempo en un lugar bastante apropiado de la Ría de Tina Menor, con abundancia de comida y aguas no muy contaminadas.
El caso es que este año han debido de cambiar de hábitos y se han desplazado un par de kilómetros hasta un brazo de la ría en el que converge un pequeño polígono industrial. El lugar está bastante contaminado, con la típica estela en el agua de algunos hidrocarburos y aceites. Solo con decir que las garcetas usan como posadero habitual las barreras de contención colocadas para que no se dispersen los contaminantes... En la siguiente imagen mostramos a la garceta común utilizando como posadero una de las barreras, que como podéis observar también han sido conquistadas por pequeños moluscos.


Garceta común (Egretta garzetta)

Entretanto, otros ejemplares prefieren permanecer en la orilla y mientras esperan por conseguir alimento, llevan a cabo labores como el acicalamiento o la eliminación de plumas antiguas.


Garceta común (Egretta garzetta)


Garceta común (Egretta garzetta)


Garceta común (Egretta garzetta) con restos de pluma en el pico.

 
Esta última garceta en concreto, se encontraba muy amistosa. A ratos se quedaba mirando la ría, o daba pequeños pasos, y entre tanto, como se ve, se dedicaba al cuidado del plumaje. Permanecía bastante segura, cediendo mucho en las distancias y en otros factores que suelen ahuyentar como la voz, ligeros ruidos,  movimientos bruscos... Vamos que podías permanecer a tus anchas, aunque por intervenir lo mínimo en su hábitat, nos mantuvimos discretos y a una distancia prudente.
Ha sido una entrada algo breve para las que acostumbramos a hacer, pero aún así, esperemos que os haya gustado.
Saludos y gracias por visitar este cobijo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ganadores y perdedores

En la vida siempre hay momentos decisivos en los que se presentan disputas. Como resultado de ellas solo caben dos opciones, salir victorioso o derrotado.
En el mundo de los ciervos, existen unos días clave al año en los que da lugar el espectáculo de la berrea. Durante este periodo habrá disputas y enzarzamientos de los machos  por intentar conquistar a las hembras.  Como es lógico el macho más sano (reflejado habitualmente en la grandeza de sus cuernas,) o incluso a veces el más espabilado, tras ganar la batalla, habrá sido elegido para transmitir sus genes a las nuevas generaciones de la especie.
Pero, ¿qué pasa con los perdedores? Esos grupos de jóvenes que no están aún a la altura de sus mayores,   venados que presenten enfermedades, deformidades en las cuernas..., o los que comienzan a perder sus fuerzas después de tantos años de éxito. Es el caso de este ciervo que pudimos observar hace unas semanas y en el que conseguimos observar hasta 11 puntas en solo una cuerna.


Ciervo (Cervus elaphus)

 Después de observarlo un rato, pudimos apreciar que en la otra cuerna tan solo tenía dos puntas, posiblemente sea debido a una deformidad producida por la edad, como reflejan sus orejas caídas.


Ciervo (Cervus elaphus)



Los vencedores seguirán exhibiéndose tras la puesta del sol.


Ciervo común berrando en la oscuridad (cervus elaphus)


Mientras que los perdedores, pueden quedar debilitados tras las peleas sirviendo de presa a los lobos y demás depredadores, o morir dando lugar a la satisfacción de carroñeros como el buitre que sobrevuela estos bosques continuamente.


Buitre leonado (Gyps fulvus)


Buitre leonado (Gyps fulvus)


Buitre leonado (Gyps fulvus)


Como todo en esta vida se acaba, hay que aprovechar y vivir los momentos de gloria o buscarlos insaciablemente cuando estos no se presenten  como todos y cada uno de los ciervos en la época de berrea.
Gracias por la visita,
y hasta la próxima

sábado, 20 de noviembre de 2010

Pequeños desapercibidos

Es increíble la cantidad de bichos que hay por todas partes y habitualmente ni nos enteramos. Simplemente con bajar la mirada al suelo y mirar con detenimiento se pueden observar algunos de ellos. Otros no tan pequeños, como el ciervo volante (considerado el insecto forestal más espectacular), pueden llegar a ser del tamaño de pequeños mamíferos y provocar más daños que estos si tienen que defenderse.
Mostraremos en esta entrada algunos de estos espectaculares enanos que nos hemos encontrado mientras pateábamos monte.


Ciervo volante (Lucanus cervus)


Ciervo volante (Lucanus cervus)

La mayoría de los insectos son relativamente fáciles de localizar si prestamos un poco de atención a sus ambientes adecuados. Observar debajo de las piedras, levantar troncos podridos o intentar apreciarlos entre vegetación  son algunos de los procesos para poder dar con ellos.
El siguiente protagonista apareció cuando mirábamos debajo de unas rocas, Siempre que se levantan del suelo materiales para localizar artrópodos, debemos dejarlos en su posición inicial para perturbar en lo menor posible su hábitat.

milpiés negro (Spirobolus marginatus)



milpiés negro (Spirobolus marginatus)
A finales de octubre, con la llegada del frío a la montaña, algunos de estos pequeños ven mermadas sus capacidades físicas. Este es el caso de la chicharra, durante estas fechas se disponen cientos de ellas en mitad de los prados de la montaña cantábrica sirviendo de comida fácil para sus depredadores.


Chicharra (Steropleurus stalii)


Chicharra (Steropleurus stalii)


El grillotopo emite una especie de pitido que hace resonar con las piedras que se encuentran justo encima de la galería del insecto, de esta manera consigue emitir un sonido de elevada sonoridad que llega a ser molesto para nuestro sistema auditivo si nos encontramos en un ambiente cercano.

Grillotopo o alacrán cebollero (Gryllotalpa gryllotalpa)

Grillotopo o alacrán cebollero (Gryllotalpa gryllotalpa) introduciéndose en su guarida

Con la llegada de las bajas temperaturas, los protagonistas de la entrada se retirarán a sus cuarteles de invernada hasta que la temperatura del ambiente vuelva a ser de unos 18-20ºC. 
Nosotros también nos despedimos hasta la siguiente entrada.
Saludos y gracias por visitarnos.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El guardián de las cárcavas

Hacia la década de los setenta, Félix Rodriguez de la Fuente sacaba a la luz los increíbles relatos de la saga  "El hombre y la tierra". En estos capítulos supo transmitir, llegar y sensibilizar a todos los grupos de edades, cambiando en muchas personas la forma de percibir tanto la naturaleza como la fauna.
En una de sus maravillosas entregas, Félix hace referencia a la gran importancia que tiene la protección y conservación de las cárcavas y barrancos. Estos socavones del terreno, son producidos en las superficies de terreno con grandes pendientes y ausencia de vegetación que impide agarre del suelo. El agua que fluye por ese suelo desnudo, irá erosionándolo poco a poco hasta producir un surco, que con el tiempo crecerá hasta convertirse una gran zanja. Cuando en las cárcavas comienzan a crecer árboles y arbustos, implica que el proceso erosivo se detiene. Es entonces cuando multitud de animales colonizan nuevos nichos, como es el caso de nuestro protagonista.
Todos estamos más acostumbrados a observar mochuelos en las típicas casas abandonadas de adobe , ruinas o graneros viejos con techos de teja, pero en ocasiones, aprovecha las oquedades y agujeros de las partes más altas e inaccesibles de los barrancos como nido, lugar de reposo o simplemente como observatorio para la caza.


Mochuelo común (Athene noctua)



Mochuelo común (Athene noctua)


 Mochuelo común (Athene noctua)

Mochuelo común (Athene noctua)

Mochuelo común (Athene noctua)


Fueron varios los días que pasamos observando a la pequeña rapaz. Junto al protagonista de nuestra entrada, se encontraba su pequeño. Este permanecía todo el día en alguno de los numerosos orificio, mientras que la madre aparecía con los últimos rayos de luz para preparar la jornada de caza que suele estar complementada por pequeños mamíferos como musarañas y ratoncillos de campo principalmente.


 Joven de Mochuelo común (Athene noctua)


Mochuelo común (Athene noctua)

Rostro del Mochuelo común (Athene noctua)


La mayoría de las veces que observamos a las rapaces nocturnas es en vuelo, siendo bastante más complejo poder observarlas en el nido. Para localizarlas en el nido, se suelen utilizar diferentes métodos. Uno de los más usuales es la caracterización de las egagrópilas(bolas formadas por restos de pelos y huesos no digeridos que algunas aves regurgitan) que las podemos encontrar en los lugares donde se alimentan, sirviéndonos también para la identificación de especies.
Esperemos que os haya despertado curiosidad.
Muchas gracias por visitarnos y hasta la próxima.

domingo, 24 de octubre de 2010

Sapos cántabros

Hemos estado apurando estos últimos días de octubre, para realizar una entrada en la que os mostraremos una pequeña parte de la diversidad de sapos que nos podemos encontrar en Cantabria. Con esta entrada damos por finalizada, salvo sorpresa, la temporada de anfibios. Si que es verdad, que si el otoño no se muestra muy frío y las lluvias hacen acto de presencia, podremos todavía fotografiar algún anfibio más, sobretodo en la parte más litoral de la comunidad, debido a la humedad del ambiente y a la suavidad de las temperaturas.
Dependiendo de la especie que queramos observar, tendremos que acudir al hábitat idóneo y en el momento adecuado para localizar al individuo deseado.
En el caso del sapo partero común, frecuentamos arroyos y charcas para dar con él. La verdad es que localizarlos fue un poco costoso, debido a sus hábitos típicamente crepusculares y nocturnos, durante el día suelen permanecer escondidos bajo piedras o troncos.
Para el reconocimiento de sapos, se utiliza bastante la observación de las pupilas. En este caso vertical y con el iris dorado, hacen que su reconocimiento sea más fácil.


Sapo partero común (Alytes obstetricans)

Sapo partero común (Alytes obstetricans)


 De tamaño un poco mayor que el sapo partero, en el medio de un camino y también de noche, nos encontramos con el siguiente  protagonista, el sapo pintojo ibérico. Fácil de distinguir entre otros sapos de la región debido al aspecto de rana que tiene y a sus características manchas. Su pupila suele ser en forma de corazón, pero si la observación ocurre de noche, se puede modificar su forma ligeramente hasta tener un aspecto redondeada.



Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi)

Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi)

Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi)





Tanto los sapos como ranas suelen colaborar bastante a la hora de fotografiarlos, ya que suelen permanecer bastante quietos o sino se desplazan dando saltos cortos que permiten adoptar rápidamente una nueva postura para su fotografía. Pero no todos son tan colaboradores, el sapo corredor como su nombre indica, corre en vez de brincar, dificultando un poco más las imágenes a la hora de captarlas.
Esta especie suele poseer una linea vertical clara que atraviesa su cuerpo longitudinalmente.


Sapo corredor a la carrera (Bufo calamita)




No podemos olvidarnos del sapo más grande y abundante de la zona. El sapo común puede aparecer en numerosos ambientes, sobretodo después de un aguacero.


Sapo común (Bufo bufo)
  
Para finalizar dejamos un par de imágenes de una rana verde que estaba compartiendo hábitat con los sapos comunes. 
En el caso de la rana común o rana verde, es relativamente fácil dar con ellas. Colonizan bastantes tipos de aguas y a diferente altitud. En nuestro caso las observaciones han sido múltiples en las cabeceras bajas de los ríos del entorno cántabro, destacando pocos ejemplares de gran tamaño.




Rana común (Pelophylax perezi)
Rana común con mosquito(Pelophylax perezi)


Rana común (Pelophylax perezi)




Por último recordaros que si pincháis en cualquier imagen del blog, la veréis ampliada, gracias por visitarnos.
Un saludo a todos.












sábado, 9 de octubre de 2010

Por Picos de Europa

Siempre viene bien una buena escapada a la alta montaña. Pasamos varios días  pateando la zona y observando parte de la fauna. Aunque en cuanto a la fotografía no tuvimos mucha suerte (las condiciones atmosféricas no favorecieron), pudimos oir procedente de los bosques el canto del cárabo y los ladridos del corzo. Uno de los pájaros que más se observó fue el papapmoscas cerrojillo, compartiendo habitualmente posadero con el petirrojo. Pocos días nos quedan para observar al papamoscas cerrojillo, ya que en breve iniciará su migración hacia el sur, asi que aprovechamos para tirarle un par de fotos.


Juvenil de papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)

Juvenil de papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)


Petirrojo (Erithacus rubecula)

 
Petirrojo (Erithacus rubecula)
  
Como era indispensable, pudimos observar al rey de las rocas y de los picos alimentándose en las praderas bajo las cimas rocosas. Dentro de un mes aproximadamente tendrá lugar el celo de los rebecosos.



Rebeco (Rupicapra rupicapra)


En uno de tantos encuentros con las lagartijas, en los ratos en los que asomó el sol, nos detuvimos a observar la lagartija de turbera. Destacada principalmente por la línea negra tan marcada longitudinalmente sobre un fondo marrón.

 
Lagartija de turbera (Zootoca vivipara)

Por último mostramos una fotografía en la que se observa muy bien la entrada de una borrasca en las montañas de Picos de Europa.



Cambio metereológico en Picos de Europa

 Un saludo,
y gracias por las visitas y comentarios