Cobijo Camijanes

Tu espacio de fauna en su estado y hábitat natural

sábado, 26 de febrero de 2011

Una de paseriformes

Hacía ya tiempo que no subíamos ninguna imágen sobre algún paseriforme, por lo que la entrada está dedicada especialmente a todos los amantes de estos intrépidos voladores.
¿Qué tienen en común todas las especies de esta gran familia de aves? A modo de resumen y para no hacerlo muy pesado, podemos decir que se consideran paseriformes todos aquellos pájaros de pequeño tamaño que emiten cantos melodiosos gracias a un órgano específico para la emisión sonora llamado siringe. Este se sitúa en la base de la traquea, en donde se bifurcan los dos grandes bronquios.
Gracias a los diferentes cantos de las aves, podemos conocer a cualquier especie sin necesidad de observarla, tan solo bastará con escucharla. Esto es posible porque cada paseriforme posee cantos exclusivos y distintivos, y que están directamente relacionados con las funciones vitales del animal. Por ejemplo, el carbonero palustre, nuestro siguiente protagonista, realiza una emisión sonora característica de la época nupcial, otra diferente para avisar a sus congéres del peligro o también pueden producir reclamos de aviso a las crías.
Situados ya, ahora toca mostar algunas de las fotografías que hemos tomado en las últimas salidas de campo. Comenzamos con el carbonero palustre, típico de las masas forestales de la Cordillera Cantábrica.

Carbonero palustre (Parus palustris)


Carbonero palustre (Parus palustris)

Compartiendo hábitat con el carbonero palustre, pero de mayor distribución peninsular y ceñido a las masas forestales de roble, aparece el trepador azul. Gran habitual en nuestros días de montaña.


Trepador azul (Sitta europaea)


Trepador azul (Sitta europaea)


Trepador azul (Sitta europaea)

Dejando la montaña a un lado, nos centramos ahora en las praderas y pastizales cercanos a los cursos fluviales donde encontramos una gran diversidad de avifauna. Un ejemplar bastante frecuente de la zona es la bisbita común, siempre campeando por lugares cercanos al agua.


Bisbita común (Anthus pratensis)

Los jilgueros se aglutinan en grandes bandos, muchas veces utilizan los cardos para deborar las semillas y emitir sus cantos.


Jilguero (Carduelis carduelis)


Jilguero (Carduelis carduelis)


Tarabillas, zorzales, petirrojos e incluso alguna alondra son habitantes frecuentes de los prados de siega.


Tarabilla común (Saxicola torquatus)


Petirrojo (Erithacus rubecula)


Zorzal común (Turdus philomelos)


Zorzal común (Turdus philomelos)



Alondra común (Alauda arvensis)


Algunos paseriformes han desarrollado la capacidad de imitar el canto de otras aves. Uno de ellos es el estornino negro, al que solemos oir como plagia el sonido de marcaje de territorio del ratonero, procurando así, alejar a posibles amenazas. Solo emula emisiones sonoras cuando se encuentra en armonía con el medio, es decir, cuando está tranquilo y agusto.


Estornino negro (Sturnus unicolor)


Estornino negro (Sturnus unicolor)


Con estos pequeños alados, nos despedimos hasta la siguiente entrada. Gracias por vuestras visitas y comentarios, ya que son la base para continuar con la ilusión de seguir publicando entradas en un futuro.
Un saludo a todos.

jueves, 10 de febrero de 2011

Días de montaña

Hace unos días, dedicábamos en este blog una entrada que mostraba varios de los rastros que dejan nuestros mamíferos ibéricos. Tras conocer las huellas, el objetivo ahora, es poder encontrar y disfrutar de esos animales tan esquivos que sobreviven al invierno gracias al denso pelo que desarrollan en esta estación. Observar mamíferos durante largos periodos de tiempo no es tarea fácil. Hay que conocer el dónde, el cuándo y tener un poco de suerte. La montaña es un buen "dónde" ya que recoje a muchos de estos seres. El "cuándo" más habitual suele ser, para desgracia de los amantes de la fotografía, la noche o las horas de  menos luz, ya sea atardecer o amanecer.
Siempre podemos también, tener la suerte de que sea el animal el que nos encuentre a nosotros. El problema entonces, suele ser que les asustemos y huyan. Pero se pueden dar ocasiones en las que, el bicho que te ha encontrado no te vea como una amenaza (cosa difícil pues las cazas y batidas se dan continuamente en prácticamente cualquier zona y esto repercute en el concepto que tienen del ser humano) y siga su vida sin importarle tu presencia o incluso mostrando curiosidad ante ella.
Es así como un curioso zorro salió de entre unos piornos, en un día que parecía que ya se acababa por la falta de luz. El raposo quedó mirando tranquilamente y tras una vueltecillas, se echó a descansar.


Zorro común (Vulpes vulpes)


Zorro común echado (Vulpes vulpes)

Ya habíamos disfrutado un rato de su presencia, cuando se planteó la cuestión antes citada. La luz escasea, es prácticamente nula y queremos hacerle una buena foto a nuestro nuevo amigo. Hay dos opciones, usar el flash para conseguir más detalle y claridad (entonces haremos pocas fotos para no cegar al animal, además intentaremos que no mire para que le afecte la luz del flash lo menos posible y para que no le brillen los ojos en la fotgrafía) o no usar el flash y conseguir una foto más natural aunque nos arriesgamos a que salgan movidas y muchas de ellas demasiado oscuras.


Retrato de zorro común (Vulpes vulpes)


Zorro común (Vulpes vulpes) al acecho


La compañia se acabó cuando unos pequeños ruidos a lo lejos le llamaron la atención. Y tras mantenerse unos escasos segundos al acecho salió corriendo en dirección directa al lugar de procedencia de los ruidos. Probablemente lo que le atrajo con tanto interés sería su cena.
Como todos sabemos, el zorro siempre ha sido el reflejo de la astucia. Y por eso antes de marcharse, nos mostró esa palabra en su rotro.


Reflejo de la astucia del zorro (Vulpes vulpes)

Antes del encuentro fortuito con el zorro habíamos disfrutado de un día de ciervos, rebecos y jabalíes. Por la mañana estuvimos por Picos de Europa observando el cambio de pelaje de los rebecos. Cuando las altas cumbres donde suelen vivir están completamente nevadas, bajan a las praderas para intentar encontrar algo de pasto que no este cubierto por la nieve. Estos bóvidos pasan el invierno con un pelaje oscuro.


Rebeco (Rupicapra rupicapra)


Rebeco (Rupicapra rupicapra)


Durante las horas de menos frío del mediodía, aprovechando los ratos de sol pudimos contemplar, ya en la montaña palentina, varios grupos de jabalíes. El más destacado lo formaba una pareja adulta, 5-6 crías y un subadulto. Los adultos pasaron el día moviendo piedras, rasgando troncos y removiendo arbustos en busca de comida. Los rayones correteaban de un lado a otro y trataban de imitar a sus mayores, mientras el bermejo aparecía y desaparecía por antojo.


Jabalí (Sus scrofa)


Pareja de jabalíes (Sus scrofa)


Jabalí con rayones (Sus scrofa)

Con las últimas luces del día se observan grupos de venadas que tranquilamente salen a las praderas. En estas épocas del año, las hembras de ciervo junto con sus crias y algún vareto se agrupan en manadas, mientras que los machos pastan y ramonean de forma solitaria.

Pareja de ciervas (Cervus elaphus)



Como decíamos antes, la poca luz es problema que se evita con luces artificiales, ya sean focos, flashes o linternas. Pero la dificultad se presenta cuando la observación de estos se hace a mucha distancia, y esto se refleja en las fotos.
Un saludo, gracias por comentarnos